LO DIFICIL DE LA CRITICA PERIODÍSTICA

Ya se sabe que, se hable de lo que se hable,  entendemos de todo y de todo somos súper-expertos.  Opinamos con una seguridad y un desparpajo absoluto, Y  ahí están las redes sociales para demostrarlo. Se particularizan toda clase de opiniones  con  una ligereza que espanta.  Son tiempos de soltar la lengua a pasear  y  decir lo que se quiera  ¿Qué va a pasar?  Lo que pasa es que oyen campanas  y  con ese  solo  dato siguen adelante  confundiendo el culo con las témporas. Y ahí dejan  el regalito para quien lo quiera leer. Hacen un daño…

Se puede decir que hasta ayer la figura del crítico era temida.  Hay muchos libros con anécdotas sobre los antiguos críticos. Los actores cuando veían al crítico detrás del telón, se alertaban: ya ha venido. Lo que los donuts eran a la policía americana, las bolas de anís  eran a los críticos.

Cuando se vendían más periódicos, solo unos pocos periodistas críticos eran la referencia, tenían mucho peso en la opinión pública. Estaba tan valorada su opinión  que, según se cuenta,   las compañías teatrales preferían una mala crítica a que pasaran inadvertidas para tal periodista. Pasar desapercibido era peor.

Pero  no todo está perdido.  Todavía quedan periodistas que saben cómo hacerlo. Tienen acierto, mesura, equilibrio, contención. No se dejan deslumbrar ni oyen sirenas que intentan cambiarles la opinión. Hay unos cuantos, están  entre mis amigos y les tengo mucho respeto.  Como siempre digo: ni alabadores ni jueces de la horca. Lo de ser objetivo se intenta  siempre y se logra, más o menos. Al cien por cien no porque está implícito en nuestra manera de expresarnos. El elegir una palabra en vez de otra denota tu estado de ánimo. Se nota al escribir si estás contento o por el contrario si te ha molestado  algo, se nota en la sequedad de las palabras en la manera de colocar las frases y hasta en el orden de los hechos.

La crítica sobre un espectáculo teatral, por ejemplo,   podría enfocarse de varias formas. Una cosa es lo periodísticamente  aconsejable,  es decir,  tener en cuenta todos los elementos que componen la puesta en escena de un texto; otra,  es la forma de decirlo o no decirlo y, por último, la opinión personal (ahí es donde está el campo de minas). Lo más fácil de encontrar en la prensa  diaria sería: ignorar los elementos y quedarte todo el rato dando vueltas  sobre la figura del autor, hasta casi completar el espacio asignado para la crítica;  o contemporizar con todos porque tienes amigos (eso juega en contra), o pasar por encima, como sería una crítica elusiva, vamos para quedar bien  sin jugártela.

Una vez  fui a un estreno, convencida de que el espectáculo sería  un éxito seguro, pero no fue así. Hice la crítica comentando los fallos enormes de dirección, de actores con una dicción horrible y otros detalles fácilmente mejorables. Y así lo  expresé  en la crítica, pero con una coletilla que decía: “… no desvelo el nombre del espectáculo porque espero que vayan mejorando con el paso de los días”.

La verdad es que duró poco tiempo en cartel.

La inspiración se planifica

A veces creo tener un dejá vu  con respecto a la teoría dramática.  Las líneas esenciales vienen a ser las mismas, por orden o descolocadas, según el enfoque de los diversos autores,  pero una vez aprendido el recorrido es bueno  aflojarse el corsé y hacer nuestro propio itinerario. Aprender para desaprender.  Es interesante conocer el proceso de creación pero más, el ejercicio previo particular de los diversos autores, la planificación y organización que se convertirá en el texto literario, con aspiraciones a convertirse en texto para ser representado.

La inspiración a la hora de ponerse a escribir teatro,  surge de forma inesperada y a veces,  inoportuna.

Algún dramaturgo piensa que hay que atrapar esa primera idea y escribir rápido porque se pierde la frescura, y cuando  se matiza  interviene el control,  el razonamiento y la idea que nos impactó al principio, va perdiendo brillo.

Otros, asocian a un determinado olor aquellas obras post-dramáticas, cuyas escenas por ser  intercambiables parecen no llevar estructura. En ese caso, el lazo de unión es el olor, que aunque parezcan historias diferentes, tratan el mismo tema, tienen el mismo olor.

A la técnica, recursos y documentación sobre el tema que queremos tratar,  habría que añadir las manías individuales a la hora de inspirarse para lograr esa obra maestra.

Particularmente, en el inicio, cuando la idea de una historia ronda por la cabeza, la asocio a una banda sonora. Sale sin querer. El estilo de música hace de cañamazo sobre el cuál dibujar el paradigma y así, todo el recorrido creativo circula fluidamente.  No puede decirse que una inspiración sustentada en la banda sonora de un bolero, un blues, o una ópera, por ejemplo, termine siendo un musical, nada de eso,  pero tiene sabor a…, en clave de… No se apreciará una vez terminada la obra, digamos que es un punto para arrancar el bloqueo del principio y también a la hora de elegir el género y la estructura. Y cuando alcanzas la velocidad de crucero ya gravita sobre el texto y hasta decide qué final escoger

No es necesario incorporar ese sonido que nos ayuda emocionalmente, aunque se podría. A veces se  cruzan otras bandas sonoras con más ímpetu y hay que rotular los folios con el nombre de la música inspiradora y comenzar con la última que resuena en tu cabeza para no olvidarla. Desde luego, se llega a perfeccionar tanto que, en seco, se hace difícil la inspiración. Debería decir entonces, que cuando no estoy escribiendo es que no he encontrado el tono.

 

#DiaDelLibro2021, DE NEW YORK A LONDRES

La escritora estadounidense Helene Hanff  era una gran lectora de  libros, sin embargo no le llamaban la atención los relatos inventados,  la ficción, prefería el  “yo estuve allí y lo vi”. “Soy una apasionada de los libros escritos por testigos oculares“, decía. Y  parece que el destino le hizo un guiño. 

   En sus cartas dirigidas a Frank Doel, empleado de la librería londinense, MARK & CO.,  mostraba su interés por los ejemplares difíciles de conseguir y encuadernaciones bonitas a  precio asequible. Con el tiempo, estas cartas se fueron tornando  intimistas hasta el punto de involucrar sus vidas a lo largo de veinte años. Cuando por fin la economía de Helen se lo permitió, pudo viajar a Londres, aunque sabía de antemano  que ya no podría conocer  a  Frank Doel

 “84, Charing Cross Road”  es un libro epistolar de gran éxito, que se llevó al cine con el título de  “la carta final”, interpretada por Anne Bancroft  y Anthony Hopkins

    Una placa en la fachada de  la antigua librería, hoy un McDonald´s, recuerda a la escritora y la correspondencia entrañable que sostuvieron  Helene y Frank, en la calle que da nombre al libro.

La escritora que adoraba los libros con anotaciones en los márgenes, Helene  Hanff, nació y murió en un mes de abril.

 

#DiaDelLibro2021 

BILLY CAFARO LO VIO PRIMERO

Mientras esperamos la vacuna salvadora que nos dé alas, observamos la afición que tienen algunos a las «manis» sin control, a desfogarse rompiendo cosas y a jugar con fuego como verdaderos incendiarios. Cada vez los ideales son más ramplones, más insolidarios y más obedientes a consignas  que les utilizan, y de paso se llevan una Blackberry

En este ambiente nos movemos, impacientes,   cansados de que nuestros dirigentes no atinan porque es su condición y nos preguntamos  cuándo cambiará la situación. En estos casos,  mirar  al cielo, es un acto reflejo

  El jueves 18 de febrero,  la NASA transmitió  en directo el aterrizaje o amartizaje del robot Perseverance en el planeta rojo.  La misión, según  dicen,  ha tenido   un coste de unos 2.200 millones de euros. Quizás  esas tecnologías detecten en un futuro la  presencia humana en Marte.

Qué habrá dicho  Billy Cafaro al conocer la noticia. Él, que  en su versión de 1959, aseguraba a su  “Marcianita” que  “…en el año 70 felices seremos los dos”…

https://www.youtube.com/watch?v=uvJYKM0v6ok

Los compositores  también miraban al cielo, en plena carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética  cuando en la tierra seguía la guerra de Vietnam (1955-1975) para impedir la reunificación del norte y del sur bajo el comunismo.

Con la misión conjunta del acoplamiento de las naves  Soyuz  y Apolo XVIII, por parte de las  agencias espaciales de los dos países, se dio por finalizada la Guerra Fría, en 1975

   De nuevo  Billy Cafaro, con una canción de Luis Aguilé, de 1960,  versionada en varios idiomas por diversos artistas,  “Mira qué Luna”,  visionó el futuro, esta vez un poco más ajustado que el de Marte.

https://www.youtube.com/watch?v=GeoX4SApDpE

Y de nuevo se miró al cielo, es decir,  al televisor.  Jesús Hermida contaba en blanco y negro las pulsaciones del corazón de Neil Armstrong.  El hombre pisó la Luna en 1969.

Miremos al cielo,  aunque teniendo en cuenta el momento tan extraño que vive el planeta, puede que nos caiga basura espacial y nos salte un ojo.

 

UN MUSICAL COMO BÁLSAMO

En plena pandemia mundial, un grupo de valientes o tal vez locos apasionados del arte de Talía, invitaban desde la marquesina del Teatro edp Gran Via a descubrir ¿Quién mató a Sherlock Holmes?

La idea de hacer un thriller en musical, es bárbara.  Todo el equipo, directivos y actores, son de lo mejor que  en hay en el panorama del teatro musical.

Capeando el temporal, sorteando los peligros, remaban contra corriente cuando las noticias de contagios y muertes por el Covid 19 registraban las peores estadísticas.

Pensaban  que de  callarse ellos, callaría la cultura. Había que echarle coraje. Con todas las precauciones posibles iniciaron su singladura. Y el público respondió.

Ni en la gran nevada que paralizó Madrid, se dieron por vencidos.  La Gran Vía madrileña parecía un grabado de Bruegel. Y allí resaltaba la marquesina altiva y desafiante.

El domingo 24, fue la última función en Madrid.  El público se ha quedado con ganas de más. Pero la situación no mejora, todo lo contrario. Confinamientos, toques de queda y horarios incompatibles, limitan la libertad de movimientos.

Primera etapa superada. Se apagan las luces y los ecos de voces y notas musicales parecen impregnar, como fantasmas,  las paredes del local.

Hay mudanza y la siguiente plaza será Barcelona. Y después, donde el viento les lleve

 

 

ACERCA DE SEAN FLYNN

La última vez que se vio con vida a Sean Flynn fue el 6 de abril de 1970. Estaba cubriendo la guerra de Camboya, iniciada hacía tres años.  Junto a él,  el periodista de la CBS, Dana Stone, ambos  inmortalizados en la última  foto que se tiene de ellos subidos en las motos  de alquiler  y dirigiéndose hacia su final.

Parecía que un hijo de actores estaría predestinado a seguir el camino de sus padres Errol Flynn y Lili Damita. Y lo probó, hizo  unas cuantas películas: El hijo del capitán Blood, continuación de la que protagonizó su padre,  rodada en España y Dos pistolas gemelas, un spaghetti  western  con las gemelas Pili y Mili que en el año 1966 estaban en la cima de su popularidad. Otras  como Stop train 349, con José Ferrer y un cameo en la célebre  Where the Boys Are.

  

Grabó un disco de vinilo de 45 revoluciones, con dos canciones: Secret Love y  Stay In My Heart. Quizá pensaba probar en el mundo de la canción  En youtube se pueden encontrar dichas  canciones.

   Pero el  cómo y el porqué  de abandonar  el  camino  artístico, pura ficción, para desviarse por otro, pura  adrenalina ,  donde  toparse  con la realidad más cruda, es algo que ya no podremos saber. Y tal vez no lo entenderíamos.

Desde luego, si quería  aventura en esa década  mítica (1960 – 1970), la ocasión no podía ser más propicia: Conflictos políticos  y  sociales entre bloques, la Guerra Fría, el movimiento hippie contra la  guerra del Vietnam,  la Primavera de Praga, el mayo francés del 68, la revolución cultural de Mao, el muro de Berlín, La carrera espacial,   la llegada del hombre a la luna, los asesinatos de J. F. Kennedy y Robert Kennedy, de Martin Luther King, etc., etc.

Se dice que en 1966 la revista Times  envió a Sean Flynn como reportero gráfico,  para cubrir la guerra de Vietnam, que desde 1955  enfrentaba al Norte y al Sur con sus aliados correspondientes: China y Unión Soviética contra EEUU.

Al año siguiente, 1967, se fue a Israel como freelance para hacer fotos en la Guerra de los Seis Días,  conflicto entre árabes e israelíes, que duró  del  5 y el 10 de Junio.

Y de nuevo a Vietnam,  en plena  Ofensiva de Tet, cuando los vietnamitas celebraban el Año Nuevo 1968. Las fuerzas del norte y la guerrilla del Vietcong  lanzaron un ataque sorpresa sobre  Saigón.

    En 1970 Camboya era un punto caliente, el mayor conflicto de la Guerra Fría, y Sean Flynn  y  Dana Stone se dirigieron  hacia él. Demasiado  peligroso. Las tropas estadounidenses y survietnamitas  luchaban contra Vietnam del Norte. Cuando llegaron los dos reporteros seguramente se había producido ya el golpe de Estado de Lon Nol, y habría dado  comienzo la guerra civil. Los Jemeres Rojos, encabezados por Pol Pot  dirigían  la lucha contra el régimen pro americano. Y tal vez ese fue el momento en que las cosas se pusieron negras.  Casi imposible salir de allí

Hasta ahí es lo que se sabe, lo demás son especulaciones según concluyeron las investigaciones

     Pasaron unos años sin noticias del paradero de Sean Flynn. Su madre, Lili Damita, hizo todo lo posible por encontrarle, incluso después de que fuese declarado legalmente fallecido en 1984. Y moriría con la pena de no haber conseguido resolver el enigma. O tal vez ya no tenía recuerdos cuando el Alzheimer se la llevó en 1994.

Muchas personas han invertido tiempo y dinero en la investigación. Cuentan historias tremendas de cómo pudo morir y en qué lugar podrían encontrarse sus restos.  Se han publicado libros con hipótesis diferentes sin resultados concretos.

Homenajes en forma de canciones dedicadas a su memoria, compuestas por jóvenes de su generación para los que representa un icono de su época.  Steve Patterson estrenó en Chicago, en 1996,  la obra teatral Esperando a Sean Flynn, situada en el escenario bélico de donde no volvió.

      Fueron muchos los corresponsales asesinados y desaparecidos en la sangrienta guerra de Camboya. En su recuerdo  se levantó  un memorial en la capital Nom Pen  (Phnom Penh). Entre ellos se pueden leer los nombres de Sean Flynn y Dana Stone.

Aquellos jóvenes con ganas de aventuras subidos en una moto Honda, con sombrero de lona, gafas, cámara en ristre, sonriendo carretera adelante.

LA ÉPOCA, UNA CALLE CON HISTORIA

Nunca me había fijado en el letrero a pesar de las innumerables veces que he pasado por esa calle. Así de primeras, me dejó  indiferente su nombre pero teniendo en cuenta que está situada en el entorno de  la Colonia de la Prensa, no podía referirse a otra cosa que no fuera a un periódico, concretamente  al conocido como el de la Restauración española: La Época.

 

Situada en el distrito de Carabanchel Alto, esta colonia alojaba al gremio de periodistas, que por entonces estaba en auge. Con el paso del tiempo, hace más de un siglo,  ha desaparecido el fin para el que fueron construidas,  pero queda la entrada de arco con el nombre original en cerámica, como testigo de lo que en su día fue.

Para hacer un poco de historia hay que remontarse a 1 de abril de 1849,*  fecha en que comenzó a publicarse el diario La Época. Reinaba Isabel II y el líder del Partido Moderado, el general Narváez, presidía el Gobierno. Era la llamada Década Moderada, que abarcó desde 1844 a 1854. Fueron diez años en los que los liberales conservadores gobernaban con el apoyo de la reina.

El fundador de La Época fue Diego Coello y Quesada. Se editaba en Madrid, en un local de tipografía llamado Aguirre y Cia. Y allí se siguió imprimiendo hasta el año 1870, aproximadamente. Su ideología era conservadora, destinado a la clase alta,  un poco selecto y la mayoría se hacía por suscripción. Se vendía en los casinos, en lugares más sofisticados. Su modo de informar y sobre todo de escribir  tenía influencia en los  sectores dirigentes.  Era algo así como un diario de buen tono, que diría César González Ruano. Su periodicidad era diaria y sólo llevaba 4 páginas los primeros años que más adelante se ampliaron hasta 6. La maquetación iba a tres columnas unas veces, otras,  la mayoría, a 5, todo plomo y con cierto desorden. Noticias del Congreso y Senado se mezclaban con el folletín o novela por entregas y ecos de sociedad.

El diario dejó de publicarse el 4 de mayo de 1852 y el 21 de junio del mismo año reaparece de nuevo con el nombre de La Época actual.* Unos días más tarde,  el 1 de julio vuelve a publicarse  con una mancheta  nueva: La Época, periódico liberal de la tarde.*

 

 

    Se inauguraba el bienio progresista con el pronunciamiento militar de  O´Donnel llamado Vicalvarada, que finalizó con el encargo de Isabel II a Espartero la presidencia del  nuevo Gobierno y O´Donnell, como ministro de la Guerra

El portavoz más importante de la Unión Liberal era La Época, que durante el bienio  adoptó una postura centrista moderada. No faltaba original para publicar. Había mucho que opinar sobre la huelga general de Barcelona, en julio de 1855, por ejemplo. El Proyecto de nueva Constitución de 1856, que no llegó a término y tuvo que restablecerse la anterior de 1845, modificada con un Acta Adicional en el que se prometía la «regeneración liberal» mediante la aprobación de nuevas leyes de imprenta y electoral.

Las noticias en un diario político eran constantes. El Pacto de Ostende,  iniciativa de Prim para derribar la  monarquía  y el motín de San Gil en Madrid en 1866 con la misma intención, provocaron  que Ignacio José Escobar, diputado en Cortes y en su doble condición de  político y periodista conservador, se decantase a favor de Isabel II y  se convirtiera así en director  y propietario de La Época, que dirigió hasta su muerte en 1887

Tras la revolución del1868, la Gloriosa, o de septiembre, que supuso el destronamiento de Isabel II y su exilio, se precipitan los acontecimientos con el asesinato de Prim y  la regencia de Amadeo de Saboya. Comienza el sexenio revolucionario y con él se produce un caudal  informativo sin precedentes porque entra en vigor la libertad de prensa e imprenta, que se recogerá en la Constitución de 1869.  Se suprimía el depósito previo y los derechos de timbre. Por eso, los periódicos de la más variada ideología se multiplicaban a la par que se producía un aumento de las cifras de tirada de los más importantes. La prensa informativa es la que más éxito tuvo entre los lectores y la que alcanzó mayores tiradas. También se desarrolló  una prensa femenina,  revistas y otras publicaciones. Se dice que solamente en Madrid, salieron más de 300 periódicos de nueva fundación.

La abdicación de Amadeo de Saboya y proclamación  de la I República en 1873 ocupó gran parte de  la información en La Época,  ese día. La redacción cambiaba continuamente el momento de cerrar la edición, que además, estrenaba imprenta: la de J. Juanes y compañía,  después más de 20 años en la de  Aguirre y Cia.

La sesión parlamentaria del 2 de enero del 1874  empezó  de forma anárquica y  terminó  igual cuando el general Pavia  entró en el Congreso con la Guardia Civil y disolvieron las Cortes que terminó con la 1º República

Ignacio José Escobar  propietario,  director  de  La Época y diputado en Cortes de la Restauración, 1866-1881 conspiraría junto al líder del Partido Liberal-Conservador, Cánovas del Castillo, gran amigo suyo, en el golpe militar que el general Martínez Campos dio en Sagunto el 29 de diciembre de 1874 , en el que  proclaman  rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II

El presidente Mateo Sagasta ordenó detener a los alfonsinos conspiradores, encabezados por Canovas y el director de La Época. Las redacciones de los diarios recibieron una comunicación que les ordenaba: ”Es de absoluta necesidad que, antes de circular los periódicos sean revisados por este Gobierno, para lo cual deberá de enviar dos ejemplares dirigidos con la anticipación necesaria para que sean examinados y censurados sin cuyo requisito no podrán publicarse”.

En esa misma tarde del día 29 diciembre,  La Época lanzó un escueto suelto: “El gobierno ha recibido la noticia de que el General Martínez Campos ha proclamado al Príncipe Alfonso en Sagunto al frente de la división Daban. (Autorizada)” *

Un mes más tarde se autorizó la reaparición de los periódicos a excepción de los republicanos. Las medidas de extorsión contra la Prensa republicana eran fuertes y se pudo constatar el daño, por el descenso de publicaciones en Madrid en 1874. Cánovas pensó que sería el momento de poner en vigor una legislación definitiva y en diciembre de 1875 y para reemplazar el Decreto anterior,  publicó un nuevo Real Decreto que equivalía a una efectiva Ley de Prensa contenida en una nota oficial.

Pedro Gómez Aparicio en su Historia del Periodismo Español (De la Revolución de Septiembre al desastre colonial) cuenta, que el director de La Época, Ignacio José Escobar, tuvo un gesto a favor de la prensa contraria a su ideología y solicitó a su gran amigo Cánovas del Castillo que levantase por lo menos algunas de esas suspensiones a la prensa. Cánovas accedió, por lo que antes del 6 de enero habían reanudado su publicación los periódicos republicanos.

Con Sagasta en el poder, 1881, aparece la prensa obrera y el tratamiento sensacionalista de los sucesos. La primera prueba de fuerza del  Partido Socialista fue la huelga de tipógrafos declarada a principios de febrero de 1882 y que afectó de manera directa a los periódicos por imprimirse la mayor parte, en talleres alquilados.  Plantearon un conflicto laboral reclamando aumento de salarios,  con aspectos abusivos,  exigieron a La Época que pagase el doble que los demás. Ese día y al siguiente, La Época se publicó con sólo 2 páginas

La muerte de Alfonso XII dio paso a la regencia de María Cristina, periodo que se inició mediante el Pacto del Pardo en 1885,  un acuerdo por el que se comprometieron Cánovas (conservador) y Sagasta (liberal),  a alternarse en el poder para dar estabilidad al régimen. Se llamó «turnismo de los partidos»

El  24 de enero de 1887 murió Ignacio José Escobar, el director y propietario de La Época, Marqués de Valdeiglesias. Título nobiliario otorgado por el rey AlfonsoXII en 1879, como  reconocimiento de los servicios prestados durante  la Restauración borbónica. El sábado 29, en un apartado titulado Homenajes, se publicaron los mensajes de condolencias de políticos, aristócratas y  clero, que llegaban a la redacción, muy afectados por su pérdida*

 

    Su hijo, Alfredo Escobar, “Mascarilla”, dirigiría La Época a partir de entonces, quedando definitivamente en la familia la propiedad del diario y título de Marqués de Valdeiglesias.

La guerra colonial cala en el orgullo de muchos españoles. Los  escritores preocupados por los problemas del país, afectados por la crisis moral, política y social en España por la derrota militar, por el “Desastre”, escribían llenando páginas de los diarios con ensayos  acerca  de los temas de contenido ideológico/político. Era La generación del 98 que dejaban testimonio del sentimiento de derrota.

La Época era un diario opositor a la Dictadura  de Primo de Rivera. Como defensor de una monarquía y su posición liberal-conservadora, se hizo eco del golpe de estado. Las elecciones municipales, en las que los republicanos y socialistas triunfaron en las principales ciudades, provocaron  disturbios estudiantiles ocasionando el atentado en el que murió asesinado Calvo Sotelo,  la caída de la Monarquía (Alfonso XIII) y el establecimiento de la Segunda República (1931)

El diario La Epoca siguió manteniendose en su línea,  sin  estridencias ni sensacionalismo. Mariano Marfil, como jefe de su redacción y director de La Época, en 1932, fue elegido presidente de la Liga Defensora de la Libertad de Prensa,  como reacción a la promulgación de la Ley de  Defensa de la República.

Ese mismo año, el tercer marqués de Valdeiglesias y marqués de las Marismas del Guadalquivir, José Ignacio Escobar Kirkpatrick, toma las riendas del periódico familiar.

La Época publica su último número cuando estaba todo por venir, mucho que publicar: una masacre que cambió la historia de España, que dividió en dos el concepto de vencedores y vencidos, que cuando parecía que el olvido nos había reconciliado, hay quien  está interesado  en reavivar un fuego que las nuevas generaciones no saben ni cómo empezó, pero que se han puesto al día, según el cristal  de quién les haya informado.

La Época, diario político, fue incautado el 11 de julio de 1936.

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Si estáis por Madrid y tenéis la curiosidad de encontrar la sede que fue de La Época, está situada entre  Gran Vía y  la calle Infantas. Se llama calle Marqués de Valdeiglesias, en memoria de Ignacio José Escobar, director de La Época.

 

TENORIOS Y CALABAZAS

   Acerca de las tradiciones y las ideas se suele decir que cada uno cuida y defiende las suyas, aunque por lo que vemos,  nos  han contagiado algunas y parece que están dando frutos.

  En la  noche de Halloween, las calabazas huecas con luces dentro decoran establecimientos y edificios como reclamo. Los niños disfrutan llevando al colegio las calabazas para pintarlas. Es un juego más fiestero para ellos.  El comercio ataca por el lado infantil, que son los mejores clientes y  las calabazas y el truco y trato,  están ganando la batalla a la lúgubre  procesión de ánimas y cementerios.

   Las floristerías también aprovechan el tirón y ofrecen desde crisantemos hasta flores y coronas de plástico, cada vez más perfeccionadas, eso sí. Son nuestras tradiciones ancestrales. Ir como penitentes a visitar la sepultura de los seres queridos, hacerles compañía recordando vivencias y removiendo sentimientos que a diario se tienen en el corazón. Sin olvidar que  los buñuelos y los huesos de santo son una santa penitencia de la que también sacan rendimiento las pastelerías bien provistas para la ocasión.

   Esa mezcla de pensamiento,  literatura y kermés es una seña de identidad muy nuestra, muy honda, que nos retrata. En el fondo es un curioso aspecto de otros tipos diferentes de miedo y muerte

   Pero lo que la tradición romántica española  pide son tenorios.  “los muertos se filtran por las paredes…” Si, el Tenorio de Zorrilla, el más popular. No había Día de Todos los Santos, ni Día de los Difuntos que no se representara en los teatros españoles. Me alegra saber que este año también tendremos Tenorio.

¿QUIÉN HARÁ “EL TENORIO”?

   Son nuestros muertos literarios, la fascinación del romanticismo, del amor entre un embaucador, un aborto del abismo (en palabras del escultor) y una niña que no sabía de la vida (“Aquí está el claustro y el coro”)  La mezcla de  amor y muerte hasta  el extremo, “Y pues quieres ser tan fiel a un amor de Satanás, con don Juan te salvarás, o te perderás con él…” Y el perdón  mediante el arrepentimiento, abría las puertas a la esperanza de la salvación “… Dios perdona a don Juan al pie de la sepultura”

                                       Silueta de doña Inés bañada por la luna

 

   De si el cementerio y el panteón de la ficción influyeron en adoptar la obra del Tenorio como algo tradicional, es casi seguro. Era un aliciente a la monótona campanilla pidiendo oraciones para las almas del purgatorio que arrastraban los pies sujetos con cadenas por los tejados. La obra encajaba con la celebración del Día de Todos los Santos,  de ahí su aceptación.   Los estudios que se han hecho sobre  el don Juan en cuestión, no han disminuido el interés que despierta, aunque se puede decir  que su representación ha quedado relegada casi exclusivamente para estas fechas.

   Flores para los muertos; felicitaciones para los vivos

 

Jornal VOZ DE SILVES

   A mediados de junio me encontraba de vacaciones recorriendo  las calles de Silves, la antigua capital del Algarve portugués,  distrito de Faro, cuando  llamó mi atención la parte trasera de un edificio que parecía abandonado. Eso no sería extraño si no fuera porque en un letrero se leía “VOZ DE SILVES”.  Allí no había movimiento de personas y los arcos de hierro a modo de enramada, que en otro tiempo serviría para dar sombra, ahora estaban pelados.  Un periódico abandonado, pensé. La curiosidad me llevó a rodear el edificio hasta que me encontré con una puerta cerrada a cal y canto en cuya fachada de azulejos de color rosa había un cartel que decía: Jornal VOZ DE SILVES  Redacção.

   Me preguntaba  qué habría sido de ese periódico: su periodicidad, ideología, si tenía secciones fijas y quien escribía  en ellas, directores, etc.

   La información que me daban era escasa y mis días de vacaciones terminaban. No tenía más remedio que echar mano del correo electrónico y preguntar directamente al Ayuntamiento de  Silves. Muy amablemente me dijeron que  “el  Arquivo Municipal de Silves dispõe de pouca informação sobre o periódico em causa”. Por lo visto era de periodicidad  quincenal y  que se identificaba como «Jornal Regional Algarvio de Informação e Opinião»

   Comenzó a publicar en el año de 1989, y creen que la fecha  de su extinción  es del año de 2013, después de 24 años de ediciones (sin certeza absoluta).   Voz de Silves nacía con vocación de dar voz a  las “personas sin voz”,  defensores de  causas  que interesan a los ciudadanos y no tienen quien difunda sus problemas. No tuvo que ser fácil  ese objetivo, ya que, políticamente habrían convivido en ese periodo de tiempo con tres  presidentes de la república   Mario Soares (1986-1996). Jorge Sampaio (1996-2001)  y  Cavaco Silva (2006-2016)

   Por lo que he podido saber tuvo como director a Arthur Ligne y como director adjunto João Vasco Reis. El primero de ellos, Arthur Ligne,  habría tenido una vida agitada. Defensor de la libertad de prensa, altruista,  luchador contra las injusticias. Se dice también que estuvo de corresponsal de la guerra en Angola y se hizo voz de los refugiados que huían de las colonias y llegaban a Portugal, lo que provocó un colapso en la economía y los servicios sociales, cito de oídas. Pero siguió siendo un activista en la ayuda a los demás. Dicen que fue condenado a muerte en 1975 por «El Movimiento Popular para la Liberación de Angola» y deportado a su país. Se mudó al Algarve en 1983. Sería entonces cuando Arthur Ligne y Ana, su esposa  comienzan a publicar “La Gazeta de Lagoa”

   En 1989, Arthur Ligne y  João Vasco Reis historiador, dedicado a sus libros sobre la defensa y conservación del Patrimonio histórico-cultural y ambiental, crearon  Jornal  Voz de Silves  hasta 2013. Redacção, administração e publicidade na Rua 25 de Abril, n.7 R/C, 8300-184 Silves.

   Que un periódico cierre es un fracaso, una mala noticia, algo triste por lo que tiene de voz acallada, de tribuna donde poder ayudar a los débiles y denunciar los atropellos de administraciones y gobiernos.

   Estas fotos son la prueba de que un día hubo tal periódico. Todo está en silencio ahora, las ventanas a oscuras, sin voces en una redacción, ni  ruidos de teclear de máquinas, teletipos, ni  rotativas…, nada.

SALVADOR SOBRAL, EN CONCIERTO

   A rebosar estaba el Teatro Nuevo Apolo para escuchar al ganador de Eurovisión 2017 con más consenso público sobre su canción Amar pelos dois.

   Salvador Sobral sobre el escenario acompañado de un pianista, un contrabajo y un batería, nada más. Comenzó  con  un show íntimo, y enseguida reconocimos los  gestos tan suyos: saltos disonantes y movimientos de cabeza ensimismados, como sacando sonidos y graduarlos acercándose y alejándose del micrófono. Él mismo se convertía en otro instrumento, sacando sonidos con la cabeza dentro del piano, tocando las maderas y  experimentando. La música está integrada en él.

   Todo un showman con sensibilidad extrema,  sencillo y ameno. Se ganó al público con sus bromas y ofreció un repertorio de jazz portugués, como él mismo dijo. Y siguió con bossanova, música brasileña, “Y si la entendéis mejor y si no… pues nada”

   Un inquieto Sobral desgranó su repertorio desde “Excuse me”, su primer álbum, hasta su último sencillo, versión del cubano Bola de Nieve, y  los músicos ofrecieron una muestra de cómo se puede hacer música con cualquier cosa que se tenga a mano, no solo con los instrumentos convencionales.

   Suenan los compases de la canción eurovisiva  y el público acompaña  el estribillo de forma espontanea  cual coro aleccionado y aquello  sonaba impresionante.

   Con su simpatía sincera  y autenticidad nos cuenta la historia de Amelia, un amor a primera vista. Y se mete al público en el bolsillo.

   Vuelve a presentar por tercera vez a su equipo: Julio Resende (piano) Bruno Pedroso (batería) y André Rosinha (contrabajo)

   Hubo bises y  nos regaló una versión de “Pongamos que hablo de Madrid”. La ciudad que ha respondido a su talento.